Y volvemos a la «batalla» de vestidos bonitos después de unos días de descanso en el que el tiempo ha pasado volando y he desconectado tanto que ha habido momentos en los que me tenía que concentrar para recordar en qué día estaba? .

Este puente ha tocado Pueblito Bonito un lugar de esos en los que no hay nada especial que hacer, simplemente estar, descansar y disfrutar. Paseo va, paseo viene, conversaciones de horas y mucho aire fresco.

A los que somos de isla, como yo -Islas Canarias en concreto-, el concepto de «pueblo», ese lugar a donde los habitantes de grandes ciudades salen en estampida en cuanto tienen ocasión, no existe; para mí, mi isla es un «pueblo» en sí misma por lo que no hay dentro y fuera, todo está en el mismo sitio.

¿Quieres hacer una excursión?, pues la haces, pero sabes que no va a durar más de una hora y media, porque para entonces habrás dado la vuelta a la isla al completo.

Cuando llegué a Madrid, obviamente, no tenía pueblo, ni intuía lo que era; poco después llegó el amor a mi vida y con él, el Pueblito Bonito.

Hubo años que ni lo pisé, oía hablar de él una y otra vez pero no me atrevía a aparecer por allí, supongo que era porque pensaba que era uno de esos lugares de descompresión a los que mi pareja iba a desconectar, incluso hasta de mí, así que me mantenía distante para no abarcar el terreno ajeno.

Con el pasar de los años, ese terreno ajeno y la fina línea que lo delimitaba se difuminó tanto, que un día cualquiera, de un mes cualquiera, de un año cualquiera, me planté allí como el que no quería la cosa.

llegó el momento de las presentaciones y de conocer a todas esas personas de las que había oído hablar tantas veces y sabía tantas historias.

Aún hoy, después de varios años de visitas, principalmente en fiestas -esos días en los que todos hablan con todos y el alcohol y la comida abarca cada rincón de casas, peñas y de nuestros propios cuerpos- me cuesta recordar el nombre de muchas de las personas que he conocido.

Pero aunque no haya nombres, lo que sí hay siempre, son sonrisas de oreja a oreja, así que los nombres -en la mayoría de las ocasiones- ni importan.

Desde hace un tiempo para acá el pueblo bonito ha pasado de ser, ese lugar al que vas en fiestas, a un lugar lleno de rincones espectaculares, que quizás para los que están allí, cada dos por tres, pasen desapercibidos, pero a mí se me clavan en la retina a fuego.

Hoy te traigo un cachito del Pueblito Bonito que me ha adoptado, sus paisajes, su luz, sus muebles y ventanas; un cachito de lo que allí se ve y vive cada día, un lugar en donde la mayor preocupación de cualquiera, es esa, vivir.

Pueblo Bonito = Baides

Espero que lo disfrutes tanto como yo ?.

¡Un abrazo enorme!

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