Comienza nueva semana y cada día estamos más cerca del 31 de octubre, la noche de las brujas.

Hoy os traigo un DIY facilito con el que podréis decorar vuestra casa para Halloween y llenarla de tantos murciélagos como queráis.

La verdad es que yo no era de celebrar Halloween, me parecía que era una de esas fiestas que nos habían metido a «capón» y que no tenían nada que ver con nosotros. Pero hace un par de años, los niños de mi barrio empezaron a animarse a pasar por las casas con el típico «Truco o Trato«, y desde entonces cada año que ha pasado me ha ido apeteciendo más celebrarlo.

Tampoco es que nos volvamos locos con la celebración, pero ahora, al menos, llenamos una cabeza de calabaza con golosinas hasta arriba y en cuanto tocan al timbre allí que estamos para hacer un «Trato». No hemos llegado a la fase de disfrazarnos, pero tiempo al tiempo :).

Este año hasta nos hemos trabajado la decoración para ambientar la situación. De ahí la guirnalda que hoy os enseño :).

¿Sabíais que la fiesta de Halloween, o la Noche de Brujas, tiene su origen hace más de 3000 años y que era celebrada por los Celtas?.

En su momento era una fiesta pagana con la que se celebraba el nuevo año, con ritos de carácter religioso y purificador, algo sangrientos, y con los que los celtas libraban al pueblo de los demonios e intentaban predecir lo que les depararía el futuro.

La palabra «Halloween» proviene de la contracción de «All Hallows Eve» o Víspera del Día de Todos los Santos, de ahí su asociación con los muertos, las almas en pena, las brujas y los hechizos.

Como ya sabéis, una de la cosas típicas de esta fecha es la calabaza ahuecada con forma de cara y con una vela en su interior a modo de farol. Proviene de una costumbre del folklore irlandés del siglo XVIII.

Cuenta la leyenda,  que hubo una vez un hombre llamado Jack,  al que le gustaba mucho el alcohol, la holgazanería y el juego. En una ocasión se le apareció el Diablo con la intención de llevárselo al infierno y Jack, en un alarde de lucidez lo retó a trepar a un roble. Cuando el diablo estuvo en la copa del árbol, Jack tallo una cruz en el tronco para impedirle descender. Como el Diablo no podía bajar, Jack le propuso un trato: le permitiría bajar si nunca más volvía a tentarlo con el juego o la bebida.

La historia dice que cuando Jack murió no se le permitió la entrada en el Cielo y el Diablo tampoco le permitió la entrada en el infierno. Entonces le entregaron una brasa para iluminar su camino en la helada oscuridad por la que debería vagar hasta el día del Juicio Final.

La brasa estaba colocada dentro de una cubeta ahuecada para que ardiera como un farol durante la eternidad, de ahí su nombre de «Jack-o-lantern». Inicialmente los irlandeses utilizaban nabos para fabricar los «faroles de Jack» y recordar la leyenda, pero posteriormente, al ser más abundantes las calabazas que los nabos, empezaron a utilizar calabazas para fabricar el farol con la finalidad de alejar a los espíritus malignos y mantenerlos alejados de sí mismos y de sus casas.

Curioso, ¿verdad?.

La noche de las brujas, los muertos, las almas en pena y los hechizos se merece un DIY terrorífico, así que hoy os traigo una guirnalda, muy fácil, con la que sentiréis que una bandada de murciélagos sobrevuela vuestras cabezas y que podréis hacer con muy pocos materiales.

Los materiales:

• Fieltro de color negro, gris o marrón. La cantidad depende del número de murciélagos que queramos hacer. También se puede utilizar cartulina.
• Hilo egipcio en color negro.
• Hilo transparente de nylon.
• Una rama de arbusto. Aprovechando que estamos en época de poda.
• Algunas piedras de cristal facetadas.

Hacerlo es muy sencillo:

Lo primero que tendremos que hacer es imprimir el contorno de un murciélago y recortarlo, para tenerlo como plantilla.

Una vez la tengamos preparada, calcamos la plantilla del murciélago sobre fieltro o cartulina, tantas veces como queramos y los recortamos.

Cogemos la rama, y atamos unos cuantos trozos de hilo egipcio repartidos por allá y por acá, según la forma y el tamaño de nuestra rama y hacemos lo mismo con las piedras facetadas de cristal, pero en esta caso utilizamos hilo de nylon para que no se vea y den el efecto de gotas de agua.

Por último cosemos tres tramos de hilo transparente de nylon a los murciélagos, uno en cada ala y un tercerlo en el cuerpo, así conseguiremos darle el efecto de que están volando (en el caso de que los hagamos de cartón esta fase no sería necesaria, solo haría falta pasar un único hilo de nylon por el cuerpo del murciélago). Una vez el murciélago tenga la posición que nosotros queramos, lo atamos a la rama.

Colocados todos los elementos solo nos queda coger un par de chinchetas y con dos trozos de hilo de nylon sujetarla al techo para que parezca que está suspendida en el aire.

¿Qué os parece?, ¿os animáis con algún DIY para Halloween?, si es así, compartid que quiero saber :).

El miércoles os traeré unos cuantos fondos de escritorio de telas, como estos, para que podáis seguir poniendo vuestros ordenadores requeteguapos. Que por mi no quede.

¡Feliz lunes!