Siempre que me meto en mi estudio de costura lo hago con la ropa que llevo puesta durante el día, y muchas veces cuando me pego un buen rato cosiendo y acabo, termino con la ropa repleta de hilos cortados, pedacitos de tela o pelusas, que por cierto, cuando salgo del estudio los voy esparciendo por el resto de las habitaciones.

En una de esas tardes en las que me levanté de la silla, y estaba de hilos hasta arriba, pensé: «debería hacerme algo para poder trabajar y que me protegiera de tanto hilo», y así lo hice, me confeccioné un delantal de costura, que he adoptado como mi uniforme.

Seleccioné una tela vaquera con cierto cuerpo, en recuerdo a los delantales que se utilizan en peletería que me encantan; y además tenía que tener un amplio bolsillo delantero en el que pudiera ir metiendo todos mis artilugios de costura mientras trabajaba, y para el que utilicé una tela de rayas que me había sobrado de uno de los puff que confeccioné para el jardín.

Para hacer la lazada y poder atarlo a espalda y cuello he utilizado piezas de cuero con argollas en color oro viejo, y como ya sabéis que me gustan las cosas coloridas cada una de ellas la he cosido a mano con hilo DMC de bordar de diferentes colores.

Desde que lo confeccioné no se ha separado de mí, además me ayuda cada vez que entro en el estudio a encender el «chip» de costura de mi cabeza, y cuando me lo quito, también me ayuda a desconectar.

Es un simple delantal, pero la verdad es que resulta de lo más cómodo.

¿Y vosotros qué? ¿tenéis algún uniforme para coser?.

¡Muchos besos para todos!